Los aprovechamientos reglados en nuestros montes son sólamente los de pastos y leñas.
Claro que el monte tiene muchas más cosas. Cuando es la época tiene millones de flores, pero, de momento, no hay que pagar por disfrutar, casi en exclusiva, de estas maravillas.
El aprovechamiento de leñas se concreta en que, una vez al año, previo abono de una módica tasa, se ofrece a los vecinos la posibilidad de podar o cortar los árboles que, conjuntamente entre la Junta Vecinal y Medio Ambiente, se señalen, en las épocas que se señalen y con las limitaciones que se establezcan.
El procedimiento completo es el siguiente:
1.- Se decide en qué parte del monte se van a realizar este año los aprovechamientos de leña.
2.- La Junta Vecinal hace el ofrecimiento a los vecinos para que, aquellos que vayan a solicitar "suerte de leña", lo pongan en conocimiento.
3.- A la vista del número de peticionarios, se marcan "las suertes", que son el conjunto de árboles que hay que podar o de arbustos que hay que cortar y que se entiende que es en cantidad suficiente para que una casa pueda calentarse en el siguiente año. O sea que es leña para el gasto de casa, no para vender.
4.- Luego se sortea cada uno de esos lotes. De ahí lo de la "suerte de la leña". Y está bien lo de sortearlo porque, por muy iguales que se quieran hacer los lotes, siempre los hay mejores y peores, siempre los hay que están mas cerca del camino y en terreno más accesible, etc.
5.- Antes de la Semana Santa (mas o menos), el adjudicatario tiene que haber cortado su suerte, retirado la leña del monte y recogido el lugar.
LA PODA: Era el modo tradicional de aprovechamiento y contribuía a la existencia de venerables robles de 300 ó 400 años y, conjuntamente con el pasto del ganado y singularmente de las cabras, al adehesamiento del monte.
Así se conseguían árboles como estos, que siguen estando en nuestra dehesa:
(Por cierto que la imagen está georreferenciada: 42.300346,-3.489315. O sea que metes esta posición en Google Maps o Google Earth y verás como este es uno de "nuestros" multicentenarios robles. Por cierto también que no es el único roble de este porte en nuestro monte. Tenemos muchos e intentaremos que duren muchos años más).
Y así se conseguía adehesar el monte para que tuviera el mayor provecho posible para el ganado.
LA CORTA: Corta a matarrasa o corta a tala baja. Se practica en monte bajo y consiste en la extracción de una sola vez de la mayor parte de los pies de un rodal, dejando unos pocos, los mejores para que se haga monte alto. No hace árboles bonitos como la poda pero es mucho más fácil y, sobre todo, mucho más segura.
Fuera como fuera, luego cada uno cogía su leña y se la llevaba a su casa. Allí formaba la "bardera" o la "bardera de leña" y poco a poco, el vecino iba cortando la leña a la medida adecuada para su gloria o su cocina y se la guardaba en lugar seco para que se conservara adecuadamente. (Por cierto que, aunque yo juraría que en nuestro pueblo siempre decían "la bardera", he buscado en el diccionario y no viene esa palabra, aunque, en su lugar si que viene "bardero" como "Leñador que acarreaba bardas o quejigos para el consumo de los hornos" )
Aquí el tío Emilio en lo alto de su carro, acarreando parte de la suerte de ese año:
En la imágen, además de ver que tenía su ciencia lo de cargar bien el carro para que la carga no estorbara a las vacas y para que no pingara mucho ni delante ni detrás, se ve cómo en las mochas del roble recién podado se han dejado unas "guías" o ramas pequeñas que son las que permitirán que esa mocha no se seque. Eso también tiene su ciencia, pues, si no se dejan esas guías, esa mocha probablemente se pudrirá y esa pudrición irá afectando a todo el árbol. Se ve también como el monte, en ese paraje, está adehesado.
Lo del acarreo ya no lo hacemos con carros y vacas pero tampoco creáis que hace un siglo de esto.